D. César, y su hermana Tere, ya están aquí, ya están en
casa. Bienvenidos.
Eso de estar en casa, es un decir pues para César, Asunción
(Paraguay) también era su casa. Tenía y tiene, como dice la canción, el corazón
partío.
Después de muchos años en América, el viaje de regreso
definitivo a España que debiera haber sido en unas horas, ha durado más de
cuatro meses. Todos, o casi todos sabéis por qué. El viaje se complicó de tal
manera que su hermana acudió en su ayuda y gracias a ella, los médicos y las
hermanas de la Comunidad de Vicentinas en
Sao Paulo, entre todos, han logrado que se recuperara lo suficiente para
continuar ese viaje iniciado en febrero pasado y que tuvo su final hace unos días
con la llega de ambos a España.
Piensa ir al pueblo, donde es seguro que su recuperación continuará,
pues no habrá muchas cosas en la Zarza, pero tranquilidad y aire puro sí; que
sin duda ayudarán a su total recuperación que desde aquí le deseamos.
¡BIENVENIDOS!